jueves, 5 de marzo de 2015

Una aventura inolvidable en el Padul.

Con una buena panda de exploradoras y exploradores con aspiraciones científicas, caminamos hoy por el entorno de las Lagunas del Padul. Procedían del CPR Fuente de la Reina, concretamente de Romilla, El Jau y Pedro Ruiz.

Por las cosas de su edad, para ellos es ya una aventura sentarse junto a una alberca de aguas cristalinas, pasear por caminos de madera que discurren entre la vegetación palustre, sentarse en la mullida hierba que rodea una pequeña charca o entrar en una caseta de madera para ver patos.

La aventura es inolvidable si aparece inesperadamente la marioneta de la rana presumida que no quería ser verde o el pájaro Papapatúa; si se acercan a la gran higuera de brazos retorcidos y le piden un deseo; si escuchan un cuento bajo el sol de principios de marzo; si ven y tocan cangrejos de río que se esconden en el fango de la acequia; si juegan con un paracaídas simulando que es la laguna.

Y lo realmente sensacional es cuando dejan volar su imaginación y ven lo que tu no puedes ni imaginar: un cangrejo gigante, un caracol azul, dos patos besándose, un topo diciendo hola, el agujero donde han escondido un tesoro...

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