sábado, 2 de mayo de 2015

Mi pueblo.

Desde hace muchos años estamos empeñados en que los niños y niñas conozcan su entorno más próximo, comenzando por el pueblo en el que viven. En la Vega de Granada los pueblos tienen alzheimer, pierden memoria, olvidan su identidad, se convierten en ocasiones en clones destinados a la habitabilidad de puertas hacia dentro.

Recorremos calles, plazas y parques intentando reeducar nuestra mirada, de modo que veamos realidades antes ocultas a pesar de estar delante de nuestras narices.
Los nombres de las calles, las barreras arquitectónicas, la ciudad subterránea, las plantas y los animales con las que compartimos los barrios, las piedras que cuentan historias, las leyendas agazapadas al torcer la esquina... Y viajamos al pasado intuyendo como era el pueblo cuando durante la infancia de nuestros abuelos.

A lo largo del paseo nos apropiamos de las plazas y las recuperamos para el juego. Soñamos con una ciudad hecha para y por los niños y las niñas.

Estas fotos son de Armilla y los Ogijares.

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