miércoles, 25 de noviembre de 2015

En la Ermita de Pinos del Valle.

 Hemos realizado hoy una magnífica ruta que, partiendo desde la localidad de Restábal, nos lleva hasta la cima del cerro de Chinchirilla. Allí nos encontramos con una de las ermitas más populares del Valle de Lecrín, la del Cristo del Zapato. Y de nuevo estos senderistas demuestras de que pasta están hechos. Enhorabuena.

Comenzamos la ruta en Restabal, concretamente en la fuente-monumento situada al comienzo de la Calle del Calvario, con la representación de los Municipios de El Pinar: Estaba (Restábal), Sal (Saleres) y Elegí (Melegís).  Esta calle es bastante pendiente, por algo también se conoce como Cuesta Fuerte. Subimos dejando la Ermita de la Virgen del Cerro y el Barranco de las Arenas a la derecha.

Llegamos a un cruce en el que tomamos la pista de la izquierda, en dirección a un Campamento scoutt. Una vez rebasado este, continuamos al frente. Iremos pasando por zonas de pinares y por campos de olivos y almendros; sus oscuras cortezas contrastan con el cielo azul.

Al encontrarnos con el siguiente cruce no tomamos ni la pista de la izquierda ni la que continua al frente (por la que retornaremos); nos salimos de la pista como las cabras para tomar una pequeña vereda que entre pinos va subiendo "moderadamente" hasta situarnos a media ladera.

Esta bonita vereda nos conduce, tras cruzar un arroyo y un cortafuegos hasta la serpenteante subida a la Ermita del Cristo del Zapato, en el cerro de la Chinchirilla. Nos situa aproximadamente a un tercio del ascenso. En dos kilómetros de subida, tendremos que salvar un desnivel de 300 metros con una pendiente media del 20%. Vamos, que es un cuestarrón de cuidado.

A medida que nos acercamos a la ermita el viento nos anuncia la proximidad del cielo; la sensación térmica se hace más fresquita...

Esta ermita, acompañada por una gran cruz, fue restaurada recientemente despues de que en febrero de 2009 le cayera un rayo. No solo blanquea la ermita sino las piedras adyacentes. En las escaleras que te alzan hasta ella los senderistas anudan tranzas de esparto.

En su interior se encuentra el cuadro del Santo Cristo del Zapato. Una imagen amable de un Cristo crucificado atípico, vestido de sacerdote, con un zapato puesto y otro quitado, acompañada de los patrones de Pinos del Valle, San Roque y San Sebastián.

Lienzo que, según cuenta la leyenda, fue encontrado por un pastor en este mismo enclave; lo bajó hasta el pueblo, pero el cuadro siempre volvía al cerro, así hasta tres veces, lo que fue entendido como el deseo del Cristo para que se le construyera aquí una ermita. Un cuadro con las ideas muy claras.

Las vistas al Valle de Lecrín, son impresionantes, viéndose la Sierra Lujar y la Alpujarra.

Bajamos hasta la zona más alta del pueblo de Pinos del Valle desde donde retornamos por una pista forestal hasta el cruce anteriormente citado. Y allí tomamos una pista a la derecha que nos conduce hasta la carretera que une Restabal con Pinos del Valle. Caminamos un par de kilómetros entre naranjos y limoneros.

Y la receta de hoy: higos moriscos.

En un cacharro batimos dos huevos y lo mezclamos bien con un chorreón de anís, un poco de matalauva y un vaso y medio de leche. Vamos añadiendo harina y una pizca de levadura hasta conseguir una masa que catalogamos de "gachetilla medio densa".
Cogemos los higos secos y los pasamos por esta masa para luego freírlos en aceite bien caliente. Una vez doraditos los escurrimos en un papel de cocina y los espolvoreamos con azúcar y canela.

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