viernes, 30 de enero de 2015

La linterna mágica: la óptica del origen del cine.


Hoy hemos estrenado un nuevo recurso, una charla-taller dedicada al cine. Se titula La linterna mágica: la óptica del origen del cine.

Esta actividad, fundamentada en la celebración del 2015 como año internacional de la luz, nos ilumina los orígenes del cine. Thomas Alva Edison, Los hermanos Lumiere y el gran mago del cine George Melies fueron capaces de jugar con la luz para embrujarnos con el maravilloso engaño del cine.

La cámara oscura, la linterna mágica, el zootropo, el fenasquitiscopio, el cinetoscopio, el cinematógrafo y otros hechizos fascinaron al mundo y establecieron el pilar del gran espectáculo del cine.

Iniciamos la charla hablando de la luz, comparando una cámara fotográfica con un ojo y de dos particularidades del funcionamiento del mismo: la persistencia retiniana y el fenómeno phi. Posteriormente, y siempre apoyados por distintas proyecciones, nos sumergimos en la historia del origen del cine, del movimiento de los dibujos hechos con luz. En este recorrido llegamos hasta el cine mudo.

Imaginamos que estamos en Star Film, el estudio de Melies y realizamos una experiencia casera de realización de efectos sonoros: cantan los pájaros, cabalgan los caballos, se produce un incendio, pasa un tren y se desata la tormenta.

Terminamos con un taller en el que nos elaboramos un taumótropo y un mini flip-book, al tiempo que jugamos a adivinar bandas sonoras.

miércoles, 28 de enero de 2015

Por la Sierra de las Albuñuelas.


Hemos realizado un bonito paseo por la Sierra de las Albuñuelas, el "Pulmón del Valle de Lecrín", cubierta por una diversa vegetación entre la que predomina el pinar, salteado de todo tipo de flora silvestre, plantas aromáticas y medicinales. 

Caminaremos, siempre cuesta abajo, por veredas que nos conducen por un sin fin de manantiales y arroyos que junto al Río Santo, forman un verdadero paraíso.


Comenzamos en la Carretera de la Cabra (Km 24) dirigiéndonos, por una pista forestal, hacia la Fuente Alta del Cañuelo (3,9 km). Pisamos nieve. Antes de llegar, la pista cruza un primer barranco y tras cruzar el segundo (Barranco del Cañuelo) dejamos la pista forestal y tomamos un desvío a la izquierda. 

Seguimos bajando por esta vereda, que en ocasiones parece perderse, pasando por la Fuente Alta del Cañuelo. En dos ocasiones ignoramos las veredas que arrancan a nuestra derecha. 



El camino se va ensanchando y al hacer una revuelta y toparnos con un pino equilibrista, vemos al frente el Pico del Caballo nevado. Seguimos la vereda con el barranco a la izquierda hasta el Area Recreativa del Cañuelo (5,3 Km). 




Continuamos por el Barranco del Cañuelo, de nuevo por una pista forestal ancha y unos 300 metros más adelante nos encontramos con la Rambla la Huida y nunca mejor dicho ya que el agua que llevaba desaparece en un instante; se filtra para aparecer en el Río Saleres



El barranco se va ensanchando y haciéndose más profundo. Al frente aparece y desaparece el Caballo y el Pico de Motril. Pequeñas barranqueras se van uniéndo al Barranco del Cañuelo que lo llevamos ahora a la derecha. 

Bajamos hasta un cruce donde se puede ir hacía las Albuñuelas o hacía Guajar Alto; es el Camino de la Toba o de las Vinateras de Itrabo, lugar por donde introducían sus vinos en mulos, para venderlos por las Albuñuelas y el Valle de Lecrín. En este cruce encontramos el Cortijo de Requejo (9,6 Km).  

Seguimos hacia la izquierda, dirección las Albuñuelas encontrándonos las Buitreras de frente. Caminamos ahora paralelos al Barranco del Río Santo o Saleres.

Llegamos a la Escuela Taller Albuñuelas. Aqui bajamos hasta el arenoso lecho del río por el que caminamos entre adelfas. Pasamos junto a unos antiguos alambiques y luego al lado de una calera derruida. 

Al rato de caminar por seco cauce del río llegamos a pocos metros de un dique donde nacen un camino a la derecha y otro a la izquierda. Tomamos el primero que comienza a ascender.  En el barranco del Río Santo aparecen varios nacimientos de agua escondidos entre adelfas y juncos.

Seguimos por una empinada cuesta, girando a la izquierda donde la vegetación la forman ahora almendros, higueras y olivos. 

Ya cerca de las Albuñuelas, giramos por un sendero que transcurre junto a un hermoso barranco con vistas al Rio Santo; pasamos junto a una gran roca caliza desprendida de la ladera conocida como "el garbanzo"; también observamos numerosos fósiles de bivalvos que han dejado su impronta en la roca.

Llegamos al Molino de los Úbedas, cruzamos el Rio Santo y subimos por el Camino de los Molinos que nos llevará al Barrio Alto de las Albuñuelas, enclavado a 738 metros de altitud (16,5 Km). Y tras una parada en el lavadero junto a la Torre del Tío Bayo, nos vamos a comer al Mesón Las Tres Lindes

Y la receta de hoy es: cabezada al curri. En la olla expres con un chorreón de aceite de oliva, se doran los dientes de ajo pelados de una cabeza. Se añade la cabezada troceada en tacos (1 Kilo) y la reogamos. Incorporamos cuatro pimientos verdes a trozos y medio kilo de champiñones laminados. En un vaso de agua desliamos una cucharadita de curri y lo sumamos a la olla. La tapamos y cocemos durante unos 15 minutos. 

lunes, 26 de enero de 2015

Siguiendo los pasos de Zucconi.

En esta ocasión nos centramos en la siguiente pregunta ¿Cómo podemos conocer cuando un compost está terminado, es decir, está maduro? Para eso existen un gran número de técnicas analíticas y experimentales que podemos usar, pero sin duda la más empleada es el test de fitotoxicidad. A esta prueba se la conoce como Test de Zucconi (en honor a su autor) o Índice de Germinación (IG).

Esta técnica se basa en usar un extracto acuoso de los materiales orgánicos para evaluar la germinación y crecimiento de semillas de plantas de respuesta rápida como es el berro de agua (Lepidium sativum). Comparando estos valores con los obtenidos para un control o blanco (germinación de las semillas en agua), se puede saber el % de germinación de las semillas (G) y el % de elongación de las raíces (L), obteniendo por multiplicación el conocido como Índice de Germinación (IG). Valores superiores al 80% acreditan que el compost es un producto estable para su uso en agricultura.

IG (%) = (%G x %L) / 100

Nosotros hemos testado los mismos sustratos con los que trabajamos con las lombrices: estiércol de vaca, de caballo, compost, tierra de huerta, papel y papel con gallinaza. Mezclamos el sustrato y el agua en proporción 1:2. Tras mezclarlo bien lo filtramos.
En una bandeja de aluminio con tapa perforada y con papel higiénico en el fondo, añadimos 10 mililitros del extracto. Hacemos la prueba con 25 semillas de berro y con 25 semillas de cebada (Hordeum vulgare).

La verdad es que estos chicos y chicas se toman con filosofía y buena voluntad el tener que estar trabajando con tan suculentos manjares.

jueves, 22 de enero de 2015

El Ruido: un fantasma de escándalo.


Con el constante afán de ir adaptando y mejorando nuestras actividades, hemos rediseñado una charla participativa que llevamos realizando desde tiempos inmemorables. Esta actividad, titulada "El Ruido, un fantasma molesto", no había, apenas sufrido modificaciones desde que se diseñó. Tras la revisión realizada, el recurso educativo se ha actualizado y su desarrollo ha quedado más redondo.

Se comienza con una charla participativa, y en esta nueva revisión, es más participativa que nunca, ya que mientras se desarrolla la charla se van realizando 4 micro-talleres para que los participantes entiendan mejor los conceptos clave. Los centros de interés que enfocamos son: 

  • Ruido vs Sonido
  • Enmascaramiento del sonido
  • Ensordecimiento temporal
  • Efectos de los sonidos fuertes sobre el nivel de la voz

Al concluir la charla, realizamos un pequeño mapa de ruidos del centro educativo. Para tal actividad nos ayudamos con dos sonómetros. 

Y para terminar, y si el tiempo lo permite, realizamos un divertido juego que muestra la imposibilidad de la comunicación en ambientes muy ruidosos. 

miércoles, 21 de enero de 2015

El Yacimiento del Cerro de la Encina.



Iniciamos la ruta de hoy desde Puente Verde, desde donde "los neveros" forjaron la senda que lleva su nombre a golpe de sudor, alpargatas y herraduras hasta las altas cumbres de Sierra Nevada. La ruta se llama "Los Neveros" pues antiguamente (siglo XVI hasta 1930) había jornaleros que se encargaban, con mulas, de subir hasta los 2300 metros de altitud, las posiciones de nieve o neveros, y coger nieve para hacer helados, refrescos o nieve para conservas.


Caminamos por el popular camino de la bicha hasta la fuente que le da nombre. Como hacían los antiguos aguadores, detenemos allí nuestro paso. Un poco más adelante arranca una cuesta muy pendiente en cuya barandilla reposa la nieve caída la pasada noche. Con no poco esfuerzo llegamos hasta el Camino de los Neveros. 

Hoy somos nosotros los que pisamos este camino iniciado por las cabras montesas que bajaban de la sierra en tiempos de grandes nevadas y luego pateado por los hombres neveros. La nieve decora las retamas y los olivos; la niebla que nos rodea enmarca mágicamente este precioso paisaje perecedero. Tímidamente el amarillo de las aulagas en flor asoma entre los copos de hielo. 












Caminamos siempre pegados a las barranqueras que miran al Genil pasando por el Barranco de la Zorra y del Contadero (se llamaba así por que los caminos se estrechaban y se aprovechaba para contar las cabezas de ganado). Seguimos por la cañada real de la cuerda donde podríamos recordar esta coplilla dedicada a los neveros:

"En una noche oscura bajando pa Granada, / con rumor de acarreto y herradura y carga algo mermada, / soñé con gran ternura esta coplilla cantada. / No le alteréis los caminos por si güerven los Neveros.../ Peor que mulos mohínos son algunos caballeros."

Dejamos a la derecha la cañada real de la cuesta de las cabras y tras alguna subida y bajada iniciamos la Cuesta del Desmayo. A nuestra derecha contemplamos sobrecogidos los barrancos abrasados por el fuego del pasado verano. A unos 700 metros tomamos un desvío a la derecha que nos conducirá hasta una era de trillar situada en una encrucijada. Tomamos la vereda de la derecha que nos lleva hasta el Cerro de la Encina, en el Barranco de los Olivos

Allí encontramos un yacimiento arqueológico argárico (1300 a C.) situado en el municipio de Monachil. Es la colonia argárica más occidental de Andalucía, protegida por una muralla y sus correspondientes bastiones. Se han encontrado numerosas sepulturas con ricos ajuares funerarios. El yacimiento del Cerro de la Encina, declarado Bien de Interés Cultural en 1981, ha sido excavado desde 1922 por diferentes campañas, si bien es todavía una mínima parte del poblado la que ha salido a la luz. 


Seguimos bajando hasta llegar a un nuevo cruce de caminos. Tomamos el de la izquierda que nos conduce hasta la acequia de la Estrella o del Albaricoque. La seguimos a contracorriente por una vereda preciosa protegida por grandes álamos y mimbreras que se inclinan hacia la acequia. Llegamos así a la plaza del pueblo de Monachil donde nos encontramos con su caudaloso río. 

En estos días tan fíos, apetecen las infusiones calentitas y reconfortantes. Nuestra receta hoy es sencilla: una infusión de jengibre con limón y miel. Esta infusión tiene un sabor muy agradable y peculiar por el aroma característico del jengibre, el ácido del limón y el sabor dulce de la miel.

Además de ser muy reconfortante, facilita las digestiones, previene los catarros y protege el hígado. Para preparar esta infusión, las cantidades de ingredientes por persona y taza son: una cucharadita de raíz de jengibre fresca pelada y machacada o rallada, una rodaja de limón y media cucharadita de miel

martes, 20 de enero de 2015

En la Puebla de Don Fadrique



El peregrinaje de la exposición "La Vida del Agua" finaliza por el momento. Hoy pusimos la guinda a los pies de la Sierra de la Sagra, en La Puebla de Don Fadrique, un pueblo que esta lejos, muy lejos de Granada. 

Pero la distancia mereció la pena. Los niños y niñas que participaron en las charlas se portaron fenomenal y estuvieron muy atentos, al tiempo que fueron divertidísimos. Lo pasamos fenomenal gracias a su frescura (en el sentido gustoso de la palabra) e incluso encontramos un nuevo órgano en nuestro cuerpo, el hígado delgado.

Gracias poblatos y poblatas por vuestra simpatía. 


lunes, 19 de enero de 2015

Sencillas y eficaces.

Este lunes en Proyecto Integrado hemos estado haciendo ciencia con unos organismos edáficos que a pesar de ser ciegos saben bien lo que hacen. Son tubos digestivos que parecen haberse independizado de otro ser vivo para dedicarse a comer tierra sin parar. Su sensibilidad es tan extrema que todas su relaciones están a flor de piel.

Hoy trabajamos con las lombrices de tierra en su faceta de recicladoras de materia orgánica. El vermicompostaje, la lumbricultura, el clitelo, los capullos, el humus de lombriz... son palabras que han sonado dentro del invernadero.

Hemos montado dos experiencias. En una de ella analizaremos la evolución de una población de lombrices de tierra (Eisenia andrei). En una litera con estiércol de caballo y de vaca en los extremos, inoculamos una banda de vermicompost central con 100 individuos no clitelados. Su biomasa total es de 35 gr. Estudiaremos los cambios de la población a lo largo del tiempo y su preferencia por una de estas dos fuentes de materia orgánica.

Por otro lado, en unos recipientes de PVC, determinaremos cuales de los siguientes sustratos son más apropiados para el cultivo de esta lombriz: estiércol de vaca, de caballo, compost de RSU, tierra de huerta, papel picado y papel picado mezclado con purín de gallina. En cada recipiente metemos diez lombrices no cliteladas, lo que representa una biomasa de 3,5 gr. Iremos pesando a estas lombrices a lo largo del tiempo.

Es curioso que tantas porquerías puedan ser del agrado de estos animalitos. Son unos fronteras, siempre navegando a contracorriente.

sábado, 17 de enero de 2015

Inicio de un buen año.



Como es costumbre, nos hemos reunido la gente que trabajamos en Ciempiés para compartir un rato y brindar por un año prometedor cargado de mil dulces experiencias cotidianas.

Gracias a todos y todas por dedicar parte de vuestro quehacer diario a Ciempiés.

miércoles, 14 de enero de 2015

Por el desfiladero de los enamorados.



Esta ruta pretende adentrarnos en el Valle de Lecrin, ahora en plena producción de naranjas, aunque aún un poco fuertecillas. Es un recorrido largo estupendo para bajar los polvorones, una ruta rural de gran belleza en la que nos alzaremos hasta un castillo desde el que se puede contemplar este valle, el Castillo de Murchas o de Lojuela. Y entre naranja y naranja buscaremos fósiles de corales. 

El recorrido comienza en  Nigüelas, situado a 931 de altura sobre el nivel del mar, uno de los pueblos más bonitos del entorno de Granada. Bajamos hasta el Río Torrente por el desfiladero de los enamorados, por donde discurre, colgada de los tajos calizos que encauzan este río, la acequia de la Pavilla
Tiene un recorrido de solo 1,5 kilómetros desde el aljibe en el pueblo hasta el partidor. Se le conoce como el desfiladero de los enamorados y a la acequia como La Pavilla, debido a que estas antiguas veredas, eran utilizadas por los jóvenes para "pelar la pava".

Está suspendida en el vacío, horadada en la piedra caliza desde que estas tierras formaban el Reino de Granada y los nazaríes cultivaban las huertas aterrazadas de las estribaciones de Sierra Nevada.  La acequia que recoge el agua del deshielo para conducirla hacia los aljibes de las localidades del Nigüelas, Dúrcal, Acequias y Mondújar, está cargada de historia. 

Cuando llegamos al río Torrente lo atravesamos varias veces hasta que caminamos por su margen izquierda.  Pasamos bajo un gran puente de piedra caliza y seguimos el camino que ahora conduce a Murchas serpenteando entre almendros, cerezos, olivos y naranjos. El fuego devora el rastrojo y los restos de poda del olivo. Pasamos junto a una fábrica de ladrillos situada en la confluencia del Barranco del Pleito con el río Torrente

Nos comemos la fruta en un mirador hacia el  pueblo de Talará y a la Ermita del Santo Cristo. A nuestros pies, en suave caída, el campo está tapizado de naranjos; como telón de fondo Sierra Nevada.       

Abandonamos la población de Murchas, situada a 662 metros de altitud, por unas calles estrechas cercanas a la iglesia. Tomamos una vereda de unos 2 km que nos conduce hasta el Castillo de Lojuela.  Es la única fortaleza de la época califal del Valle de Lecrin; se conserva la muralla y la torre del homenaje. En sus muros de tierra prensada y cal se pueden observar trozos de cerámica romana. 

Regresamos a Murchas por una vereda diferente pasando por un campo donde observamos fósiles de bivalvos y corales. Viajamos al fondo de un mar antiguo donde, hace más de 25 millones de años, estos animales tenían su hogar. 

Desde Murchas, tomamos un camino que lleva a Melegís a través de un vergel de naranjos y limoneros.  La distancia entre ambas poblaciones es de unos 2 km. Iremos acompañados del ruido del agua que corre por las numerosas acequias cuyo origen se remonta a la época Nazarí.

Y en la receta de hoy es obligatoria la naranja; y como hemos visitado el mar y nos han acompañado las acequiar árabes, añadamos bacalao y cuscus. 

Ingredientes del cuscus a la naranja: 2 naranjas, 200 gr. de cuscús, 2 cebolletas, el zumo de 1 limón, cilantro picado, sal y aceite de oliva, 300 gr. de bacalao desalado, vinagre, pimentón, aceite de oliva y sal.

Pelamos una de las naranjas procurando quitarle toda la parte blanca de la piel. Cortamos los gajos en trocitos pequeños. Dejamos alguno entero para adornar. Cortamos las cebolletas muy finas, en juliana, y las mezclamos con el cuscús previamente hervido con mitad agua y mitad zumo de naranja. Añadimos el zumo de limón, los gajos de naranja picados y una pizca de cilantro picado. Removemos muy bien. Ponemos el bacalao, con una pizca de aceite, en una sartén y lo pasamos un poco por todos lados. Servimos en el plato el cuscús de naranja y encima el bacalao. Aliñamos con sal, un poco de vinagre, aceite de oliva y una pizca de pimentón. Decoramos el plato con los gajos enteros de la naranja.